martes, 17 de febrero de 2009

experience

Jimy Hendrix no está muerto

El tiempo voló en ese viaje a Mercedes. La experiencia de viajar en un taxi desde Capital Federal a Mercedes, a cien kilómetros de distancia, me había puesto la cabeza en un estado alfa.
El taxista me dejó en las puertas del Hotel Mercedes, un edificio mediano de unos cinco pisos, y me orientó escuetamente sobre la ciudad:
- Bueno mister. Lo dejo acá. Este es el hotel de la ciudad.
- Gracias.
- Creo que si sigue por esta avenida se va a encontrar con el centro de la ciudad.
- Ok.
- Suerte.
- Thank you.

El portal de entrada al hotel era un vidrio y la sala de recepción bastante sobria. Me registré bajo el nombre de Jimy Hendrix. El concerje anotó sin chistar el nombre y me dió las llaves de la habitación. Estaba en el tercer piso con vista a la ciudad. Daba justo sobre el interior de la manzana y el horizonte lo dominaba la vista de las casas bajas y algunos edificios de Mercedes.
Me acomodé en la cama y me dormí profundamente.

El teléfono sonó y me levanté sobresaltado. ¿Dónde estaba?
Tardé unos cinco minutos en reaccionar y recordar que me había fugado de Buenos Aires. Que el servicio de inteligencia norteamericano me estaba buscando, o eso creía. Que mi antiguo jefe Gross me estaba persiguiendo desde su bunker de New York y que tenía una suma considerable en la cuenta de un banco, producto de un "vuelto" que había omitido registrar en los libros de contabilidad de la empresa en que trabajaba.
Ahora estaba nuevamente en situación. Pero... por qué Mercedes?
Creo que fue el destino. El azar.
Lo mismo daba Mercedes que La Quiaca o Villa Ortuzar. No sé. La moneda gira en el aire sin sentido y cae sobre la mano con un cincuenta por ciento de probabilidad de que sea cara o ceca. Lo mismo daba: Cara o Ceca. Ambas eran las caras de una misma moneda, como Mercedes. La suerte comenzaba a mostras su cara más dura. El azar comenzaba a jugar en contra. Todo parecía complicarse. Pero no está muerte quien pelea.
¿Quién lo sabe? Quizás desde esta ciudad de la pampa argentina, podría llegar bastante lejos. Eso, estaba por verse.

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