martes, 9 de diciembre de 2008

In God we trust

Territorio de la Virgen

Pasamos el peaje cerca de un Zoo y el taxi tomó un desvío cerca de Lujan. Como salíamos de la autopista le pregunté al taxista hacia donde nos dirigíamos. No podía utilizar mi GPS, tenía la sospecha de que si lo usaba mi posición para los de la CIA iba a ser fácil de localizar.
-Esta es la conexión a la ruta 5. La que lo lleva a MErcedes.
-Cómo no llega la autipista hasta Mercedes?
- Ojalá, mister. HAce como diez años que están construyendo esa bendita autopista. Más de cien muertes hay desde que comenzaron las obras y todavía no han acabado con el cincuenta por ciento de la obra.
-Pero el gobierno no accionó sobre las empresas constructoras?
-El gobierno? Si mira bien, en alguna parte de la ruta va aver un cartel de Presidencia que anuncia el monto de la obra. La firma es de De La Rua. Sabe cuánto hace que es tipo no está en la CAsa Rosada?
-El que se fue en helicoptero?
-El mismo.
-Pero cómo no hubo sanciones? Quite de subsidios? ALgo?
-Es que aparentemente llamarona a una nueva licitación pero la nueva empresa oferente es la misma que había iniciado las obras. Con otro nombre, vió?
-Están avivados los empresario argentinos. Eh?
-Los empresarios, los funcionarios, todos.
-Y no hay ninguna institución que controle esto?
-Si que la hay. Pero está tan cuestionada como los mismos emrpesarios.
-Están a la buena de Dios.
-Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires, mister. Eso sí, tiene una sucursal acá cerquita. En Luján.
-En Luján? Qué hay aquí?
-El santuario de la Virgen de Lujan, mister.
-Una virgen!
-Si y toda la curia.
-Entonces hay una institución que puede mediar en esta situación de la autopista.
- Yo no esperaría mucho de ellos.
-Pero, las muertes, los accidentes?
-Quedan en el olvido. Lo máximo que consiguieron fue la habilitación de un puente en Flandria.
-My God!

Pasamos por Flandria y la autopista apareció como por arte de magia. Hasta los peajes. Qué negocio redonde este de los peajes. En Estados Unidos podríamos aprender un poco de estos sudacas. Lo que pasa que el norteamericano medio, vigila tanto su bolsillo que la mínima intromisión en su economía sería el fin del caulquier gobierno. Qué será de OBama?
Seguramente nos recomendaremos a nuestra máxima: "En Dios confiamos".
Amen.

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